Shabbat Jol HaMoed Pésaj
Porción de la Torá: Shabbat Jol HaMoed Pésaj
Lectura de la Torá: Éxodo 33:12-34: 26
Lectura Profética: Ezequiel 37:1-14
“El Mesías Resucitado, Juan 21:1-14”
Yeshúa prometió a Sus discípulos que se reuniría con ellos en Galilea después de Su muerte, que ocurrió en la Pascua. Esto significa que les estaba informando que resucitaría de entre los muertos. Aunque después de su resurrección se les apareció previamente en Jerusalén, esto no significaba que la promesa de encontrarlos en Galilea no se cumpliría. El área de Galilea está profetizada por Isaías como un lugar de revelación. Según Isaías, la Galilea es donde el Mesías de Israel comenzaría a revelarse. ¿Cómo reveló Yeshúa que Él era el Mesías? Lo hizo por los numerosos milagros que realizó allí.
Yeshúa dijo a Sus discípulos: “Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea”. Marcos 14:28
¿Cuál fue el propósito de Yeshúa apareciendo a Sus discípulos en Galilea? Esta es la pregunta que este artículo examinará. Los discípulos regresaron a Galilea después de la Fiesta de los Panes sin Levadura. En ese momento, Pedro anunció a algunos de los otros discípulos que estaban con él junto al mar de Tiberías que iba a pescar. Normalmente llamamos a este cuerpo de agua el Mar de Galilea. Entonces, ¿por qué la Escritura se refiere a él en este pasaje como el Mar de Tiberías, una designación romana? Pedro, al igual que los
otros discípulos, esperaba que Yeshúa trajera un cambio significativo a Israel. A saber, eliminar la opresión del Imperio Romano de la Tierra de Israel.
Con el regreso de los discípulos a Galilea, las cosas volvieron a la normalidad; el Imperio Romano todavía estaba en el poder.
Con el anuncio de Pedro de que él se iba a pescar, otros discípulos se unieron a él. El texto dice que fueron a pescar de noche. Aunque es normal que los pescadores trabajen durante toda la noche, esta declaración tiene un propósito adicional. A lo largo de la Escritura, el concepto de noche a menudo implica obscuridad, desde el punto de vista del conocimiento. En otras palabras, cuando algo ocurre en la noche, transmite que algo no se entiende, se comprende o simplemente no se es consciente de ello.
Es muy significativo que cuando Yeshúa se presenta ante los discípulos es temprano en la mañana, es decir, hay luz. El texto presagia el hecho de que Yeshúa va a revelar algo a Sus discípulos. Cuando Yeshúa viene a ellos, se le dice al lector que no sabían que era Él. Inmediatamente después de esto se afirma que Yeshúa se dirigió a ellos como niños pequeños. La palabra bíblica que usa Yeshúa implica
una falta de madurez. Yeshúa entonces les preguntó si tenían algo para comer. Aunque muchas traducciones al español (como la LBLA) usan la palabra “pez”, la palabra real significa comida en un sentido general. Los discípulos respondieron que no tenían comida. Esta respuesta revela que su esfuerzo, es decir, la pesca, no estaba dando los resultados deseados.
En otras palabras, Dios no estaba bendiciendo sus acciones. ¿Por qué sus esfuerzos no fueron bendecidos? Carecían de una comprensión adecuada de lo que significa ser un discípulo. Yeshúa luego les instruye que echen la red en el lado derecho de la barca y que seguramente atraparán peces. Inmediatamente después de obedecerle, hicieron una gran pesca. Este evento es muy similar a Lucas 5:1-11. Fue en este pasaje de Lucas que Yeshúa llamó a estos pescadores a convertirse en pescadores de hombres.
El hecho de que Pedro anunciara que volvería a pescar peces (y algunos de los otros discípulos se unieron a él) muestra que habían perdido de vista el llamado que Yeshúa les había dado. Apartarse del llamado de Dios es algo que le puede pasar a cualquier creyente. De
hecho, es un acontecimiento muy común. ¿Por qué sucede esto con tanta frecuencia? La respuesta es que uno se aparta del entendimiento correcto de quién es Yeshúa. Una vez que esto le suceda a una persona, volverá a la forma en que vivía anteriormente. Yeshúa había prometido encontrarse con Sus discípulos en Galilea para revelarles una vez más Su identidad y cómo debían responderle, es decir, ser un discípulo. El discípulo a quien Yeshúa amaba, al ver esta gran pesca, fue el primero en proclamar que Quien los llamó a echar la red en el mar era Yeshúa.
El hecho de que ninguno de los discípulos reconoció a Yeshúa al verlo, le enseña al lector una verdad importante. No fue la apariencia externa de Yeshúa lo que fue memorable de ninguna manera. Su cuerpo y su apariencia no estaban conectados de ninguna manera con Su identidad como el Hijo de Dios. Es muy informativo que los discípulos reconocieran a Yeshúa por este hecho. Esto está relacionado con Su enseñanza de que los verdaderos discípulos serán conocidos por sus frutos, es decir, por sus buenas obras. Después de que el discípulo a quien Yeshúa amaba exclamara: “Es el Señ-r”, la respuesta de Pedro es muy reveladora. Se le dice al lector que estaba desnudo. La desnudez en la Biblia está asociada con la vergüenza y la falta de buenas obras.
El deseo de Pedro de volver a pescar, como si los tres años que había pasado con Yeshúa no dejaran un cambio duradero en su vida, era vergonzoso. Lo primero que hizo Pedro al oír que Yeshúa estaba parado frente a ellos en la orilla fue ceñirse y luego arrojarse al agua. Ceñirse está asociado con el servicio. Este acto representó a Pedro renovando su compromiso de servir a Yeshúa. El hecho de que estuviera ceñido con un manto, demostraba su deseo de no vivir de una manera infiel (vergonzosa). El hecho de que se arrojó al agua fue un indicio del bautismo, que también se relaciona con el servicio y una renovación en la fe de Pedro en la muerte, sepultura y resurrección de Yeshúa.
Mientras Pedro nadaba hacia la orilla, los otros discípulos llegaron en su pequeño bote, arrastrando la red con la multitud de peces. El texto dice que estaban a 200 codos de la orilla. El número 200 debe entenderse como 2 x 100; con 2 representando dos opiniones divergentes y el número 100 representando integridad o totalidad. En otras palabras, los otros discípulos aún dudaban entre sus
ambiciones personales y su llamado a ser discípulos. Ellos, como Pedro, vinieron a Yeshúa esa mañana, pero no con el mismo compromiso, porque todavía estaban enfocados en la gran captura de peces.
Cuando los discípulos se acercaron al Señor , se le dice al lector que vieron fuego sobre el cual se ponían peces y pan. La combinación de pescado y pan no es nueva en los Evangelios, ya que Yeshúa alimentó a 5,000 y 4,000. Estas alimentaciones representaron el poder milagroso de Yeshúa y un llamado para traer libertad y santidad al mundo por medio de Israel. Es importante recordar que Yeshúa escogió doce discípulos y obviamente el número doce debe estar asociado con Israel, es decir, el pueblo judío. Yeshúa se presentó ante los discípulos esa mañana para renovar su llamado a continuar con el llamado que Dios le había dado a Israel. Es muy significativo que en esa mañana en particular había siete discípulos presentes (ver versículo 2). En este contexto, el número siete se relaciona con una nueva
comisión, ya que el número siete transmite santificación, es decir, ser apartado para un propósito específico. Volviendo al tema del pan y el pescado, se afirma que el pescado estaba sobre el fuego. El fuego a menudo se relaciona con el Espíritu Santo.
En este pasaje, hay una clara distinción entre el pescado y el pan que Yeshúa había preparado y la gran pesca. Yeshúa ordenó a los discípulos que trajeran esta gran captura y la pusieran delante de ellos. Los peces, según la tradición judía, representan bendición; sin embargo, en este contexto, los peces representan el llamado de Yeshúa para hacerlos pescadores de hombres, mientras que el pan se
relaciona con el sustento. El mensaje es que Yeshúa los sostendrá mientras siguen Su llamado en sus vidas. El propósito de traer la gran captura de peces junto con la comida que Yeshúa preparó para los discípulos es presentarles una elección. Cada uno de ellos debe elegir entre aceptar la vida que Yeshúa les ha preparado, la cual es ungida con el Espíritu Santo, o volver a ser pescadores de peces. Está claro que tal captura no era nada típica. La gran captura de peces es una parte muy significativa de este relato. Como se indicó anteriormente, hay un relato similar en Lucas capítulo 5, que sirvió como un evento clave para llamar a los pescadores a ser discípulos de Yeshúa. No hay duda de que la gran pesca en Juan capítulo 21 haría que los discípulos recordaran lo que sucedió en Lucas capítulo 5 y este llamado. Lo que es diferente en el pasaje de Juan es el hecho de que se menciona el número de peces.
El versículo 11 revela que, de hecho, fue Pedro quien trajo la red llena de peces grandes ante Yeshúa y el resto de los discípulos. Uno pensaría que habría peces de todos los tamaños diferentes atrapados en la red; sin embargo, este no fue el caso. Solo se capturaron peces grandes. Había exactamente 153 peces en la red. ¿Cuál es el significado de este número? El texto relaciona este número como 100 + 50 + 3. Hemos aprendido que el número 100 transmite plenitud o algo en su totalidad. El número 50, como en el Jubileo, transmite libertad o liberación y finalmente el número 3 tiene el propósito de revelar algo. Por lo tanto, el número 153 habla de la
total libertad que Yeshúa vino a revelar. Como discípulos estamos llamados a proclamar este mensaje al mundo.
Hay otra forma de entender el significado de esta gran captura. Se dijo que la comida que Yeshúa preparó junto con esta gran captura presentó a los discípulos una opción: aceptar la comida que Yeshúa preparó, la cual se enfocaba en su llamado y Su provisión ungida con el Espíritu Santo, o ignorar el mensaje de los 153 peces y simplemente concéntrese en la gran cantidad de dinero que representó
la gran captura de peces grandes. La “fe” y el “compromiso” de muchas personas con Yeshúa no se basan en Su llamado para cumplir Sus propósitos, sino en una creencia incorrecta de que Dios solo quiere prosperarlos financieramente.
Tal vez una historia ayude a ilustrar este punto. Un rabino famoso llamado Shimon bar Yochai estaba con sus discípulos cuando un ex alumno regresó del extranjero con grandes riquezas. Todos sus discípulos tenían envidia y querían dejar sus estudios y seguir un estilo de vida no religioso y hacerse ricos. Rabí Shimon llevó a sus discípulos afuera y les mostró el gran valle que estaba frente a ellos. Oró y
milagrosamente el valle se llenó de oro. Rabí Shimon les dijo a sus discípulos que podían ir y tomar del valle todo el oro que quisieran, pero al hacerlo reducirían sus recompensas en el Reino de Dios. La gran pesca representó la misma tentación que el oro presentó a los discípulos de Rabí Shimon. Recibir lo que Yeshúa ha preparado para nosotros, que es ungido con el Espíritu Santo, es mucho mejor que todo el oro o los peces del mundo.
Este pasaje le informa al lector que esta fue la tercera vez que Yeshúa se apareció a los discípulos después de Su resurrección. El número tres no solo se relaciona con revelar algo, sino que también puede tener un significado de confirmación. La Escritura enseña que algo es confirmado por dos o tres testigos. Por lo tanto, otro mensaje importante de este pasaje es confirmar que Yeshúa realmente había
resucitado de entre los muertos.
¿Cómo responderás tú al llamado de Yeshúa en tu vida?
Dr. Baruch Korman – 7 de Abril, 2023